Los muelles tienen por objetivo sostener el coche e impedir su balanceo hacia adelante y atrás y también – junto con las barras estabilizadoras – hacia al lado. Los amortiguadores constituyen a su vez una parte sustancial de la suspensión, pues impiden el rebote permanente del coche en cada aceleración, frenado, en curvas e irregularidades.

Los amortiguadores tienen como principal función retardar y limitar ese movimiento de forma que esté mejor controlado el peso del coche al pasar por irregularidades. Además, los amortiguadores permiten el funcionamiento más preciso de los neumáticos cuando el conductor gira el volante.

¿Cómo funciona?

Los amortiguadores convierten la energía cinemática (proveniente de los movimientos de la suspensión) en la energía calorífica. El líquido contenido en el amortiguador telescópico debe pasar por válvulas limitadoras después del apriete del pistón y su vuelta (rebote). Hay también amortiguadores de gas, en los cuales el líquido no se espuma mientras mover el pistón. Pues, su pistón “flotante” separa el líquido del gas. Eso impide la pérdida de prestaciones y garantiza la correcta característica de conducción, incluso en condiciones más difíciles.

No sólo para profesionales

La mayoría de los amortiguadores “deportivos” es más fuerte y mejor adaptada a las condiciones duras de marcha que los de fábrica, gracias al mayor diámetro de pistones y varillas, mejores juntas y válvulas así como mayor cantidad de líquido y mayor refuerzo de puntos de montaje. Además, algunos de los amortiguadores deportivos son regulables, lo que permite al conductor ajustar el “comportamiento” del coche de forma que responda a sus necesidades y preferencias relativas al equilibrio y confort de conducción. Esa función permite también regular la fuerza del amortiguamiento para compensar el desgaste del amortiguador.

Los de fábrica están bien, pero… ¡hay mejores!
Normalmente, los amortiguadores sólo se averían después de decenas de miles de kilómetros de recorrido, lo que hace que no siempre se puede descubrir inmediatamente la avería. Sin embargo, vale la pena prestarle atención, ya que los amortiguadores deteriorados significan poca resistencia al movimiento, peor conducción y desgaste más rápido de neumáticos y componentes de la suspensión. Afortunadamente, los amortiguadores nuevos permiten recuperar las prestaciones perdidas. Además, es posible aumentar “de una vez” las prestaciones incluso de los coches nuevos, al sustituir los amortiguadores de fábrica por unos mejores y mejor ajustados a las necesidades.

Los coches con amortiguadores

Todo lo que hay que saber sobre la suspensión o un glosario de conceptos y términos:

Muelle/resorte: reduce las vibraciones debidas a las imperfecciones de la calzada y coloca el vehículo en la altura determinada. Es uno de los factores más importantes para el equilibrio y confort de conducción. Los muelles deportivos, más duros y cortos, se utilizan normalmente para bajar el coche, lo que influye positivamente tanto en su aspecto como en las prestaciones.

Amortiguador: convierte la energía cinética de la suspensión en la energía térmica (calor) al pasar el líquido por unas válvulas. Los amortiguadores permiten controlar los movimientos de la suspensión, lo que a su vez garantiza mejor superficie de contacto entre los neumáticos y la calzada.

Tope: impide el contacto entre la carrocería o el bastidor y la suspensión del coche o los neumáticos mientras suben estos últimos.

Kit coil-over: término utilizado para describir a muelle, amortiguador y tope en un único dispositivo, en el cual tanto el amortiguador como el tope se encuentran ubicados dentro del muelle. Frecuentemente, tal dispositivo incluye un casquillo regulable para el muelle que permite ajustar la altura del coche sin necesidad de cambiar el propio muelle.

Barra estabilizadora: une la suspensión derecha con la izquierda y las dos con el bastidor. Normalmente, las barras se encuentran ubicadas por delante y por detrás del vehículo y en general sirven para regular el equilibrio del coche y limitar el balanceo o torsión de la carrocería al pasar por las curvas.