Presión en los neumáticos
Un presión baja en tus neumáticos, se puede traducir en efectos negativos como los que se explican a continuación:
- Aumenta la distancia de frenado. La capacidad de frenada disminuye, sobre todo sobre las carreteras mojadas.
- Mayor riesgo de aguaplaning. La superficie de las ruedas se hace más grande por lo que se reducen las posibilidades de que la rueda evacue el agua adecuadamente.
- Subviraje y sobreviraje. Cuando un coche tiene las ruedas delanteras más desinfladas tiende a subvirar, es decir que las ruedas delanteras del vehículo pierden adherencia y no se produzca el giro en curva. Por el contrario, el sobrevirage se produce cuando las ruedas traseras se encuentran más desinfladas de lo que debería. Esto produce que la parte trasera del coche se deslice hacia fuera en curva.
- Peligro de desllantamiento. Cuando la presión no es adecuada puede separarse el neumático de la llanta cuando el vehículo está en movimiento.
- Peligro de explosión del neumático. Cuando la presión es incorrecta incrementa el riesgo de que el neumático sufra un reventón durante la conducción.
- Desgaste irregular y acelerado de los neumáticos. Una presión baja hace que el neumático se desgaste más rápido por los laterales y flancos. Esto también afecta a la hora de cambiarlos, ya que habrá que cambiarlos antes.
- Mayor consumo. La presión baja hace que se incremente el consumo de gasolina por parte del vehículo.
En cambio, una presión demasiado alta de los neumáticos empeora la adherencia (menor superficie de contacto con el pavimento), y el confort de conducción (peor absorción de las irregularidades, mayor ruido en el interior del vehículo), provoca un desgaste acelerado de los elementos de la suspensión (peor amortiguación de vibraciones), mayor desgaste de la banda de rodadura y aumento del riesgo de daños en los neumáticos que pueden ser el resultado de la caída en un agujero del asfalto o del choque contra el bordillo.
Lo mejor es conservar la presión que se indica para cada vehículo según las indicaciones del fabricante. Así disminuimos el riesgo de accidente a la vez que ahorramos en nuestros bolsillos. Hay que comprobar la presión de los neumáticos cada dos semanas y antes de cada viaje, sobre todo en los largo. Los valores de las presiones adecuados para diversos vehículos los encontrarás en la tabla de presión.