Al caucho sintético le debemos una gran variedad de modernos logros tecnológicos, incluyendo los neumáticos.

Su inventor, Fritz Hoffmann, antiguo empleado de la fábrica Farbenfabriken Friedr Bayer & Co. en Elberfelder (desde entonces la compañía ha experimentado un significativo desarrollo y hoy es fabricante de sustancias químicas conocidas bajo la marca LANXESS AG). Hoffmann patentó su invento en 1909 en la Oficina Imperial de Patentes en Berlín. No sabía que su descubrimiento iba a causar una revolución que cambiaría la faz del mundo. La intención original del inventor era elaborar una sustancia que sirviera de alternativa a la goma natural, un material cada vez más caro por el constante aumento de precio del extracto del árbol de hule. Antes del descubrimiento de Hoffmann, no era posible modificar la goma por su falta de elasticidad. La patente sintética cambió todo e inició una nueva época. Los químicos Walter Bock y Eduard Tschunkur introdujeron en el mercado la goma Buna S, fabricada sobre la base de estireno, que sigue utilizándose hasta hoy. La copolimerización de butadieno y estireno resultó ser una solución atinada y fue patentada en 1929. Su nombre - Buna, no es nada casual y está formado por las dos primeras letras de sus respectivos componentes: butadieno y sodio. Otro descubrimiento útil fue la elaboración de una goma a partir del nitrilo resistente al aceite, conocida como Perbunan.

Adecuada mezcla de caucho es uno de los “elementos”
más importantes del neumático.

En vista de la gran variedad de los neumáticos - factor que determina el proceso de fabricación con alto contenido de elastómeros adaptados a las necesidades individuales de cada fabricante, en opinión del jefe del Departamento de Ingeniería de Productos Técnicos de LANXESS, no se puede decir que la goma sintética fabricada hoy en día es siempre una y la misma.

Dr. Werner Breuers, miembro del Departamento de Gestión de Sustancias Químicas para Uso Especial en LANXESS, al referirse al descubrimiento de Hoffmann, dijo: “Gracias a la goma sintética, el mundo se volvió móvil. Sin materiales elaborados a partir de la goma sintética ninguno de los millones de automóviles pudiese rodar, ningún avión lograse despegar”. La goma sintética permitió llevar a cabo ensayos de laboratorio a temperaturas altas, no toleradas por una goma natural.

El ejemplo más simbólico del empleo de las modernas gomas constituyen los neumáticos. Las soluciones, eficaces y constantemente optimizadas, aportan cada vez mejor nivel de adherencia, y además reducen el consumo de combustible (efecto de reducir la resistencia de rodado).

Según el especialista de LANXESS, Werner Breuers, apenas hemos conocido un diminuto porcentaje del gran potencial de la goma sintética y aún quedan por descubrir miles y miles de otras formas de uso de este material, como por ejemplo la idea de una goma transparente que permitirá la penetración de luz difusa sin proyección de sombra. ¿Suena impresionante? Sí, y ya está al alcance de la mano. Una patente así sería de aplicación no sólo en la arquitectura sino también en el alumbrado de, por ejemplo, autobuses articulados.